El Compañero (en el Mus)
El mus es un juego de un nivel de estrategia equiparable a otros mundialmente reconocidos como son el ajedrez, que está considerado como deporte, y el go. El ajedrez y el go tienen ambos una historia de muchos siglos de competición, se practican en todos los continentes, cada uno tiene una filosofía propia y un análisis y estudio continuo sobre los beneficios sociales y personales que provocan. ¿Y el mus?
El mus es un juego con bastante historia, se desconoce su origen real, pero todavía no ha superado el nivel local y endogámico en su práctica de juego. Es cierto que existe una pequeña bibliografía específica del mus (no superan las 40 publicaciones que merezcan la denominación de libro) pero no es suficiente para que se pueda afirmar que este juego tiene un rango de nivel mundial.
Si todos los amantes de este juego remáramos en el mismo sentido, nos pusiéramos de acuerdo en los objetivos a conseguir y qué medios necesitaríamos para ello; aún nos quedarían muchos años para alcanzar un nivel mínimo para tener la posibilidad de poder plantearnos la organización de un campeonato mundial de mus.
- En el ajedrez se inicia la partida con una posición fija de las 32 piezas de juego, que tienen cada una de ellas una movilidad específica, y con el objetivo claro de eliminar al rey del contrincante.
- En el go, sin embargo, se empieza con el tablero vacío y se van colocando una a una y alternadamente un único tipo de ficha (blanca o negra) con el objetivo incierto de conseguir abarcar el mayor territorio posible sin la necesidad imperiosa de eliminar al contrario; gana el que consigue dominar en el mayor número de “casillas” del tablero de juego.
- En el mus se puede decir que es una situación intermedia. Se inicia con una posición que nos es fija, ni conoces la del contrincante, debes utilizar tu jugada de la mejor manera posible para sumar el mayor número de piedras en cada lance con el objetivo de ser el que gane la última “piedra” de la partida.
Pero la principal característica que diferencia al mus de cualquier otro juego de estrategia es la existencia de un compañero de juego. Evidentemente con sus ventajas, casi todas, y con sus inconvenientes, alguna que otra vez.
Dicho lo anterior vamos a centrarnos en los siguientes artículos a hablar de las primeras consecuencias directas que afectan a la práctica del mus el hecho de tener enfrente a un compañero de juego: se le puede, y se debe, pasar información de tu jugada pero solamente de dos formas, hablando o por señas reguladas.